Quisiera gritar, si, pero también quisiera callar, pero… ¿callar qué? Que me estoy haciendo la fuerte cuando más débil estoy y que me estoy negando algo que siento por temor…aunque eso es algo que ya se nota, que ya es evidente; pero… ¿En qué momento pasó?, no lo sé, y ahora en medio de la noche la soledad me cuestiona: ¿Por qué te preguntas eso si sabes cual es la respuesta? Sí, la sabes, la respuesta eres TÚ, tú que no supiste comprender, tú que no supiste amar, tú que no fuiste paciente, tú que no supiste esperar…
Y ¿ahora te quejas?, no, no lo hagas, pues el dolor ya está, la angustia ya está, el vacío ahí está, esa desolación aún te acompaña, ese corazón ya roto está…y ¿Qué puedes hacer?, NADA, o mejor si, continúa contemplando cada amanecer, cada atardecer, cada noche, continúa contemplando el cantar de las aves, la belleza de las flores y su aroma, si, hazlo, continúa contemplando cada sueño que tienes y cada persona que te rodea…y así aprenderás a esperar y a olvidar, a sentir y a pensar… y si la vida te lo permite aprenderás a AMAR.
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