Trosky pensador

Este es otro ejercicio de improvisación que hago con la ayuda de ustedes amigos lectores. Esta vez las indicaciones fueron:

- Personaje: Perrito “Trosky”
- Situación: Buscar de basura en basura cualquier cosa
- Lugar: Junín
- Tiempo: Presente

Esta mañana estaba, como todas las mañanas, buscando en las basuras que dejan en la base de los postes los dueños de los negocios de Junín y de pronto pensé que nunca me había detenido a pensarlo: por esta calle tan transitada, paseamos perros de todas las características pero de la misma alcurnia, sin pedigrí pero con raza, sin clase pero con categoría, eso sí, con nombres tan estúpidos que hacen gala a la idiotez humana. Por ejemplo Tony, Mateo, Grégori, Lalo, Felino, Rocky, Luly, Cripsy y yo, que llevo encima el nombre de Trosky, un nombre sin significado, sin sentido, sacado de la imaginación de algún humano idiota que cree saber alemán, porque suena a alemán, eso creo.

Ahora que logro este estado de meditación acerca de la cotidianidad que envuelve a la vida perruna y de la idiotez humana que nos acompaña en todo momento, puedo concluir que no es coherente ni lógica mi perspectiva. Claro, los perros no pensamos, eso se lo han dicho siempre los humanos. Entonces basta de reflexiones y sigamos la lógica natural: sigo buscando basura en la basura y siguen transitando por mi alrededor perros ‘impensantes’ de toda clase.